El libro de Eclesiastés, atribuido al sabio Salomón, nos describe que las ilusiones son solo eso; ilusiones. También nos recuerda que las ilusiones son muchas veces tropezadero para muchos que malgastamos nuestras vidas en busca de algo que no es real.
Las famosas faldas, fama y fortuna, entre otras, son las que tanto daño han hecho a la Iglesia, como a la sociedad en general. Y somos pocos los que pudimos descubrir que no solo de ilusiones vive en hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.
Efesios 5:6
Que nadie os engañe con palabras vanas, pues por causa de estas cosas la ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia.
Hoy quiero invitarte a dejar a un lado las falsas ilusiones, y que juntos vivamos por prioridades.
1 Éstos son los dichos del Predicador, hijo de David, que reinó en Jerusalén. ¡Vana ilusión, vana ilusión!